Las 6 claves para una mudanza existosa

Jerónimo Moretti Jerónimo Moretti
Temporada Otoño-Invierno 2015, VILLATTE - La Maison VILLATTE - La Maison Salas de jantar coloniais
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Vivir en una casa grande a veces puede ser una molestia, más si los habitantes son pocos. El desorden, la limpieza y los costos son apenas tres de los factores que nos pueden impulsar a mudarnos a un lugar más chico. Por ejemplo, una pareja que vive en una casa con varios ambientes puede perder todo el fin de semana intentando limpiarlo, o gastar fortunas en personal doméstico. 

En cambio, al mudarnos a un espacio más pequeño podemos tener prácticamente las mismas comodidades y ahorrar un montón de tiempo y dinero. Recordemos que, a veces, menos es más.

Pero claro, para mudarnos tenemos que desprendernos de objetos que nos acompañaron a lo largo de nuestra vida. Y eso puede ser muy difícil para algunos… y un motivo en contra de la mudanza a un lugar más pequeño. Sin embargo, no olvidemos que también puede ocurrir que simplemente por costumbre dejamos que año tras año se acumulen objetos que ocupan espacio y dificultan la limpieza. 

Cada decisión tiene su costado positivo y negativo. La mudanza, por su parte, es un excelente momento para seleccionar con qué cosas quieres seguir viviendo y cuáles ya son parte del pasado. Esa es una cuestión que resolveremos según nuestra conveniencia. Pero si ya decidimos mudarnos, acá van algunos consejos que siempre sirven para momentos tan cruciales.

¡A organizarse!

Lo primero que tenemos que hacer es guardar todo lo que queremos conservar antes de la mudanza. Coloquemos todo en cajas bien etiquetadas, intentemos no mezclar objetos, que cada cosa vaya en su lugar. Una vez que las cajas estén listas, debemos colocarlas en lugar visibles y procurar que permitan el fácil movimiento. De esa manera, al llegar a la nueva casa será mucho más fácil guardarlas. 

En este proceso de guardar cada cosa en su lugar, también se produce otro proceso: tirar lo que necesitamos. O mejor: regalarlo. O todavía mejor: donarlo. El consejo es que no tengamos piedad: siempre hay que viajar lo más liviano que se pueda. Si ya conocemos el nuevo hogar, tratemos de imaginar dónde pondríamos cada cosa para que luego no nos quedemos sin lugar y con objetos de más.

Medir los muebles

Es fundamental que sepamos cómo acomodar los muebles a nuestro nuevo espacio. Para eso, debemos medir el mobiliario más grande, como sillones y camas. De ese modo no nos llevaremos ninguna sorpresa al mudarnos. También podemos medir el living de nuestra casa nueva, o pedirlas a la inmobiliaria o al dueño. 

No olvidemos la ubicación de puertas y ventanas, que son fundamentales a la hora de ubicar los muebles. 

Una vez que tengamos las medidas, podemos divertirnos haciendo un plano e ir colocando nuestros muebles. ¡Una idea genial para no cometer errores! Además, de esta manera no mudaremos de gusto muebles pesados e incómodos.

Vender lo que sobra

Cuando nos sacamos de encima objetos que ya no necesitamos y que están en buen estado, siempre tenemos la opción de venderlas y de esa manera aprovechar un poco de dinero extra para compensar todos los gatos que estamos haciendo con la mudanza.

Para vender nuestras cosas, lo mejor es organizar una venta casera, llevarlo a un mercado o venderlo por Internet. Recordemos que son cosas usadas y recibiremos quizás un precio menor al deseado… ¡pero todo es mejor antes que tirar a la basura!

Guardar todo en alacenas y muebles

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Recordemos esas cajas tan hermosas en las que guardamos nuestros objetos. ¿Listo? Bueno, ahora es momento de abrirlas y (des)acomodar todo de nuevo. Para este paso, que es un poco estresante, recomendamos guardar nuestras cosas en alacenas y muebles. De esa manera nos deshacemos de las cajas rápidamente y podemos dejar el orden para más adelante. 

En estos momentos, luego de una mudanza, lo mejor es descansar y no volvernos locos.

Lo pesado, primero

A la hora de mudarnos, lo últimos de lo que tenemos de ocuparnos es de las cosas más grandes, como heladeras, estufas, camas, sillones, etcétera. ¿Por qué? Porque de esa manera será lo primero que bajemos al llegar a la nueva casa. Esto nos permitirá utilizar nuestra energía para mover los objetos pesados y ubicarlos donde queramos sin que molesten las cajas.

Cada cosa en su lugar

Si tuvimos la genial idea de etiquetar las cajas, entonces el siguiente paso será pan comido. Sólo tenemos que buscar las cajas que corresponden a cada habitación y empezar a desempacar. Siempre empecemos por el baño, el lugar más imprescindible de todos. 

Luego del baño, sigamos con guardar la ropa en los armarios o roperos. De esta manera, seguiremos reduciendo la cantidad de cajas y a reducir los espacios. Veremos que, gracias a la limpieza que hicimos, nos sobrará lugar y estaremos más cómodos.

Y ya casi está. Ahora es momento que nos relajemos y disfrutemos de nuestro nuevo, pequeño y acogedor hogar.

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