El país donde nace el sol, Japón, es el protagonista de este libro de ideas. Más concretamente, su arquitectura, muy valorada en el mundo occidental por su singularidad. No por otro motivo, el país nipón cuenta en sus filas con 7 premios Pritzkers de arquitectura, dos relativamente recientes. Su cultura, basada en pilares fundamentales como el deber, el honor y la obligación, evoluciona lentamente, ligándose fuertemente al respeto por su ancestral pasado. Es necesario partir desde este punto para lograr contextualizar y entender su arquitectura, que a pesar de basarse en la tradición, incluye las innovaciones tecnológicas de la modernidad.
Pero, ¿qué hace que sus edificios sean únicos? Antes de entrar en detalle, hay que conocer los hechos que han marcado la historia constructiva de este archipiélago: los desastres naturales y la Segunda Guerra Mundial, los cuales arrasaron este país por completo y fueron el motor que impulsó su creatividad.
Hoy nos paseamos por algunas de sus obras domésticas para conocer sus principales rasgos.
Uno de los principales rasgos que encontramos en la arquitectura japonesa es el silencio. Reservadas y mudas, sus obras intentan impregnarse de esa quietud y prudencia que caracteriza al espíritu ancestral japonés. Pero, ¿cómo se logra llenar de silencio una vivienda? En el caso de la casa que os mostramos en esta imagen se ha materializado esta atmósfera a través de los colores y las formas. Se busca la sencillez a través de la línea recta, el plano liso y el blanco. No habla, y sin embargo, lo dice todo.
El contacto con la naturaleza es otra de las características que envuelve a la arquitectura japonesa. Edificios públicos y viviendas se diseñan desde el respeto hacia la naturaleza, intentando que forme parte de los paisajes interiores. Las viviendas integran patios y parques o grandes huecos de vidrio que permiten que el exterior forme parte del interior. Esta relación no es puramente visual. Vemos en esta imagen como uno de los grandes muros que encierra el salón se recoge haciendo que el límite entre lo de dentro y lo de fuera desaparezca y el patio y su vegetación se conviertan en espacios integrados y habitables.
La madera es el material que protagoniza a las casas japonesas por excelencia. Empleada tanto en elementos estructurales como revistiendo paredes y suelos, este noble material contrarresta la sobriedad que caracteriza a la arquitectura japonesa llenándola de calidez. Se presenta sincera, desnuda, sin acabados impuestos ni brillos artificiales. Tal y como ella es.
En contra de lo que muchos pueden pensar por los accidentes meteorológicos que sacuden a Japón, la arquitectura se llena de ligereza y no solo visualmente. La cultura de construir y reconstruir está más implantada que en otros países de occidente, donde los edificios siguen en pie durante siglos.
A nivel perceptivo, gracias a los materiales, las formas y las transparencias las viviendas se llenan de ligereza y levedad, haciéndose ingrávidas y flotando en el espacio.
Dos de los rasgos que hemos comentado previamente, la ligereza y la tranquilidad, hacen que esta arquitectura se convierta en invisible y transparente, intentando pasar discretamente desapercibida. Como vemos en esta imagen, el edifico no se impone, sino que queda relegado a un segundo plano dejando que lo que impere sea la atmósfera creada.
Se emplean materiales translúcidos que permiten que la luz los traspase jugando con la iluminación y la sombra.
Como hemos comentado en la introducción, el respeto de la cultura japonesa por su pasado provoca que su arquitectura busque los valores que caracterizan a sus ancestros. Es por esto que a pesar de introducir innovaciones tecnológicas, encontramos rasgos inspirados en la tradición, como por ejemplo en los tatamis o templos. Esta imagen lo muestra a la perfección: su distribución y construcción interior se sirve de paramentos textiles y modulados para independizar sus estancias.
El último rasgo a destacar de la arquitectura japonesa es su minimalismo. Sin embargo, este término nada tiene que ver con el estilo de mismo nombre que caracteriza a muchas obras de occidente estos días. El minimalismo en las obras niponas tiene su significado más intrínseco: la sencillez.
¿Más arquitectura japonesa?