Blanco Total: Mitos y Leyendas

Cristina Jiménez Cristina Jiménez
Shades of White, Helô Marques Associados Helô Marques Associados Escritórios minimalistas
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El blanco es, sin duda, uno de los colores más usados en decoración. De un tiempo a esta parte, encontramos gran variedad de muebles modernos fabricados en blanco o con materiales acabados en este color que pueden servir para completar un conjunto del que también forman parte las paredes y los suelos de una estancia.  Estas propuestas, que incorporan todos los elementos que componen la decoración de la vivienda en blanco, en una apuesta decorativa que se conoce como el blanco total.  

Este look del blanco total se puso muy de moda hace ya unos años, influenciado por la proliferación del estilo minimalista, que apostaba por la pureza de los elementos empleados y por lo esencial a la hora de decorar. Como todas las tendencias, el blanco total no tardó en despertar recelos y críticas. Los detractores que fueron apareciendo achacan a esta tendencia el hecho que dar lugar a interiores muy impersonales y demasiado asépticos,  incapaces de generar el ambiente acogedor propio de un hogar. Pero, ¿qué hay de verdad en ello? ¿Ha vuelto el uso color a la decoración de forma definitiva, mandando al blanco total a la historia del diseño de interiores? Pues bien, en este libro reflexionamos sobre estas cuestiones, sobre las verdades y mentiras que se han dicho en relación al blanco total y sobre su vigencia en la decoración actual.

1- El blanco total: sí o no

Siempre que en decoración y diseño nos preguntamos sobre si el uso de un determinado color o de un determinado elemento es una buena o mala idea, la respuesta no suele ser un sí o un no tajante, pues siempre caben un montón de matices. En este caso podemos afirmar rotundamente que el blanco sí que es un color recomendable para los interiores de vivienda, pero no por ello hemos de apostar por el blanco total siempre. Hay que estudiar bien el tipo de casa, la cantidad de iluminación que tiene, el tipo de personas que la van a habitar, sus gustos o sus usos y costumbres antes de apostar por esta estética, como hacen nuestros expertos en la vivienda de la imagen.

2- Pensar en la limpieza

El ’total white’, que es el término que se utiliza en inglés para referirse a una decoración completamente blanca, claro que tiene sus riesgos; como en casi cualquier estilo decorativo o propuesta de diseño, debemos tener una serie de precauciones. La primera de ellas es que el blanco, utilizado en determinadas zonas de la casa, puede ensuciarse demasiado a menudo y exigir un alto nivel de limpieza para que luzca impecable. Debemos, entonces, analizar si este grado de mantenimiento está a nuestro alcance. Esas zonas que cuentan con mayores necesidades de limpieza, como pueden ser la cocina o el baño, hay que plantearlas bien si apostamos por un diseño en blanco total. No quiere decir, entonces, que no se pueda utilizar el blanco total pero sí debemos facilitar su limpieza eligiendo puertas y elementos adecuados, en materiales lisos y resistentes, o revestimientos para las paredes también con acabados lisos y materiales de fácil limpieza.

3- ¿Demasiado blanco es malo para la vista?

¿Quién no ha oído alguna vez la afirmación de que los interiores demasiado blancos pueden dañar la vista? Pues bien, esto es rotundamente falso. Es cierto que el blanco refleja la luz, pero esto nos va a ayudar a hacer las viviendas más luminosas, garantizando así una mayor sensación de amplitud y de limpieza, que hará que parezcan, además, más nuevas. Si tenemos la suerte de contar con una vivienda en la que incide el sol con intensidad, bastará con colocar unas cortinas adecuadas, que también pueden ser blancas, que nos protejan durante los minutos en que esto se produce y disfrutar de la luz solar el resto del día.

4- ¿El blanco crea habitaciones que parecen de hospital?

El aspecto aséptico propio de la arquitectura sanitaria que provoca el uso del color blanco en un dormitorio es otra de las críticas que hacen sus detractores al uso de este color. Pero esta afirmación tampoco es del todo cierta, pues como siempre ocurre en decoración, los complementos decorativos y los accesorios empleados en cualquier estancia son los que dotan a ésta de personalidad y confort. Toma nota de la acogedora propuesta de nuestros expertos para este piso del Raval sin renunciar al blanco.

5- El diseño minimalista adora el blanco

Como ya hemos comentado, no puede ser más cierto que el estilo minimalista tiene en el blanco a su color estrella. Bien es cierto que el color negro o el gris son también muy utilizados en este tipo de propuestas, pero siempre como complemento al dominante blanco. Con el blanco consiguen interiores puros y limpios, reduciendo la decoración a lo esencial, evitando elementos y colores que puedan distraer y hacer interferencias con la propuesta general integral que se persigue en este estilo decorativo.

6- ¿Es cierto que el blanco total es solo para proyectos modernos?

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El uso del blanco en los diseños minimalistas ha llevado a muchas personas a identificar este color con viviendas muy moderas, con los espacios grandes y vanguardistas que acostumbramos a encontrarnos en revistas y blogs de decoración. Pero no es cierto que el blanco no pueda ser usado en viviendas más tradicionales. De hecho, su uso es muy recomendable para actualizar una vivienda antigua, dándole un nuevo aire y una luminosidad extra. No en vano es el color comodín de otros muchos estilos decorativos, como el escandinavo o el mediterráneo, a los que nadie les negará su capacidad para crear hogares de lo más acogedores.

7- No necesito un diseñador de interiores para espacios 'total white'

Cualquiera puede decorar los interiores de vivienda con una propuesta 'total white'. De hecho, con este tipo de decoración es mucho más fácil acertar a la hora de decorar una vivienda. Por ello, siempre se ha utilizado como un comodín que nos permite decorar de manera sencilla, pues facilita las combinaciones (el color blanco pega con todo) con los elementos, necesarios o decorativos, que iremos incorporando a nuestra vivienda para hacerla habitable, como ocurre en el salón de la imagen.

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